El capital sexual en la Modernidad tardía

Dada la creciente comercialización del sexo y de las identidades sexuales, Eva Illiouz y Dana Kaplan utilizan la idea del «capital sexual» como un prisma a través del cual indagar sobre las formas en que el sexo puede generar desigualdades, especialmente aquellas relacionadas con el género y la clase social.

Dicho de otro modo, la de Bourdieu es una teoría de la dominación de clase.

Si bien para Bourdieu el capital económico es clave, su obra detalla cómo los capitales no económicos también marcan los límites simbólicos entre las clases sociales y, de este modo, reproducen la hegemonía de la clase dominante.

Algunos lugares de trabajo incluso utilizan la homosexualidad del trabajador como parte de sus programas de «diversidad».

Las polaridades estáticas de la moralidad liberal se disuelven en engendros de indeterminación erótica llena de placer.

una experiencia afectiva «elegida» se utiliza también como un modo de revelar la personalidad ética, una muestra de la mejora del yo moral, de la acumulación de experiencia y propiedades morales de la experiencia que muestran que se es una persona buena, interesante, aventurera, que se arriesga.

Más allá de la esfera íntima, el capital sexual es valioso para verificar y mejorar la autovaloración de una empleada potencial como una persona creativa, arriesgada y singular que puede ser «todo lo que ella es».

Este paquete afectivo es similar a lo que Dardot y Laval denominan «el aparato neoliberal de representación/placer» que obliga a los sujetos neoliberales a divertirse, experimentar y ser creativos constantemente.

En nuestro enfoque, el capital sexual es la suma de los estados afectivos relacionados con el sexo e individualmente acumulados, especialmente los relacionados con la audacia, la autorrealización, la creatividad, la ambición y la autoestima.

Al elegir lo que somos, hacemos y queremos sexualmente, nos transformamos en un nuevo producto, comercializado y disponible para la compra, y nuestros placeres se amplían a su vez.