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Carles Vias,Natxo Parra

St. Pauli

  • Montserrat Macías Torreshas quotedlast year
    Mientras por un lado se modernizaron las estructuras portuarias para convertir Hamburgo en un centro neurálgico del comercio internacional, por otro las autoridades no mostraron ningún tipo de interés por mejorar las condiciones de vida de las clases populares.
  • Montserrat Macías Torreshas quotedlast year
    ncluso fue ridiculizado por otros colegas de profesión, como Otto Jaeger o Karl Planck,6 que criticaban la crudeza de aquella «enfermedad inglesa» —despectivamente denominada Lümmelei en alemán— que conducía a una disminución de la moral de sus discípulos en un contexto caracterizado por la educación prusiana basada en la obediencia y el castigo.
  • Montserrat Macías Torreshas quotedlast year
    creímos que la mejor manera de jugar por la izquierda consistía en reivindicar la libertad de quienes tienen el coraje de jugar por el placer de jugar en un mundo que manda jugar por el deber de ganar».
  • Diego Cacereshas quoted4 years ago
    los que luchan pueden perder, los que no luchan ya han perdido!
  • Diego Cacereshas quoted4 years ago
    «muy natural, surgido por pura diversión, para volver a vivir el fútbol como se merecía y porque era algo cercano, del barrio donde vivíamos»
  • Diego Cacereshas quoted4 years ago
    A mediados de los años ochenta aquel puñado inicial había ido aumentando. Eso sí, pese a ser aún pocos, se hacían notar —¡y de qué manera!— gracias a la bandera pirata que colgaron en la Gegengerade, la tribuna lateral del estadio, y a unos cánticos en los que mezclaban eslóganes políticos y proclamas futbolísticas con causticidad y humor, como, por ejemplo: «Nie wieder Faschismus, Nie wieder Krieg, Nie wieder 3. Liga!» (¡Nunca más fascismo, nunca más guerra, nunca más Tercera División!), «Wer hat uns verraten? Sozialdemokraten! Wer verrat uns nie? Sankt Pauli!» (¿Quiénes son las ratas que nos traicionan? ¡Los socialdemócratas! ¿Quién no nos traicionará nunca? El St. Pauli) o «Wir sind das Olck» (Nosotros somos Olck).
  • Diego Cacereshas quoted4 years ago
    Un espacio de ocio y tolerancia en el que estaba permitido todo aquello que en otros lugares estaba prohibido.
  • Diego Cacereshas quoted4 years ago
    Pelé. Pues sí, el 11 de junio de 1959 Pelé pisó el césped de Millerntor p
  • Diego Cacereshas quoted4 years ago
    Sin embargo, en el club la vida proseguía sin demasiados sobresaltos. A pesar de las directrices emitidas por la nueva administración dentro de la denominada Gleichschaltung (proceso de nazificación iniciado por el Tercer Reich para consolidar un sistema totalitario), recogidas en la «cláusula aria» de la Ley de Servicio Civil vigente desde abril de 1933, que obligaba a depurar y expulsar a los judíos de la Administración, la universidad, las asociaciones y las instituciones deportivas,57 el St. Pauli no siguió la norma al pie de la letra. Al contrario de lo que hicieron otros clubes, como el 1. FC Nürnberg o el Eintracht de Frankfurt, aquel año el St. Pauli continuó admitiendo socios de origen judío. Entre estos encontramos a los hermanos Otto y Paul Lang, quienes en 1933 ingresaron en el club para fundar la sección de rugby.
  • Diego Cacereshas quoted4 years ago
    A pesar de ello, los jerarcas nazis trataron de explotar el fútbol con fines propagandísticos. Para ellos el deporte era un arma poderosa que no podían desaprovechar. El culto al cuerpo y la actividad física estaban relacionados, según las tesis del Tercer Reich, con el pensamiento racial y la comunidad nacional, el Volksgemeinschaft.
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