No muere el sueño nos muestra el deambular de una mirada que busca indicios y señales en la ciudad. Los pasos y las voces que construyen la realidad se confunden en las huellas de la ausencia que persiste como mensaje adherido a las ventanas, escrito en las murallas o perdido entre las calles. Es el registro de una mirada que aparece y desaparece en las imágenes que salen de un espejo para poblar la ciudad.
La luna no es tan clara
Sus cabellos no llegan a tocarte
Ni se apaga la humedad
de los cristales
colgados a tu imagen