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Hermann Hesse

El juego de los abalorios

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  • Sebastian Velascohas quoted10 months ago
    sólo quien está pronto para irse

    puede escapar del hábito que mata.
  • Sebastian Velascohas quoted10 months ago
    Y mientras, a pesar de todas las reflexiones, se sentía culpable por la muerte del Magister, con el sagrado terror le invadió el presentimiento de que esta culpa lo transformaría a él y su vida entera y le exigiría cosas más grandes que las que hasta ese momento se había exigido alguna vez a sí mismo.
  • Sebastian Velascohas quoted10 months ago
    Exhausto y sin aliento, llegó finalmente a tierra, vio la salida de baño tirada en la arena, la levantó y comenzó a frotarse mecánicamente con ella el pecho y las extremidades, hasta que la piel rígida volvió a tener calor.
  • Sebastian Velascohas quoted10 months ago
    Después del salto, había subido en seguida a flote; con otro gran salto hacia adelante descubrió a Tito nadando, se sintió amargamente oprimido por lo helado, lo salvaje y lo hostil del agua y creyó todavía que luchaba para disminuir la distancia, para llegar a la meta de la competición, para lograr el aprecio y la camaradería y el alma del muchacho, cuando ya peleaba con la muerte que le había llamado y abrazado en la lucha.
  • Sebastian Velascohas quoted10 months ago
    Ambos se hallaban en el sendero entre la casa y la piscina, bañados por la plenitud de luz del oriente, profundamente sacudidos por el torbellino de lo que acababan de vivir, cuando Tito, después del último paso de su danza, despertó del caos de dicha y se quedó como un animal sorprendido en un solitario juego, comprendiendo que no estaba solo, que no había vivido y realizado únicamente algo insólito, sino que también había tenido para ello un espectador.
  • Sebastian Velascohas quoted10 months ago
    Sin saber lo que hacía, sin critica ni sospecha, hizo lo que el instante de dicha exigía de él, danzó su devoción, rezó al sol, confesó en rendidos movimientos y ademanes su alegría y su respeto, su fe vital y su piedad, ofrendó orgulloso y humilde a la vez su alma piadosa al sol y a los dioses en su danza, y al mismo tiempo también al admirado y temido, al sabio y músico, al maestro del mágico juego que llegara de misterioso país, a su futuro educador y amigo.
  • Sebastian Velascohas quoted10 months ago
    La danza que ejecutó no era algo que ya conociera, por él repetida o ensayada otras veces; no era un rito ya corriente para él o por él inventado para festejar el sol y la mañana, y en esa danza y su mágica posesión no había solamente, cosa que supo sólo más tarde, aire de montaña, sol y mañana y sensación de libertad, sino también en igual medida el cambio y el adelanto esperado de su vida joven aparecían hasta en la figura del Magister, tan amistosa y digna de respeto.
  • Sebastian Velascohas quoted10 months ago
    Pero más que esta visión lo sorprendió y dominó el hecho humano allí ante sus ojos de la danza de salutación del sol y del día por su alumno, danza que elevaba al jovencito inmaturo y caprichoso a una seriedad de servicio divino, e irradiando y revelando, le abría a él, espectador, en un solo instante, casi de improvisto, sus inclinaciones más nobles y profundas, sus facultades y sus voliciones, del mismo modo que la aparición del sol abría y permeaba de luz ese frío y oscuro valle lacustre y montano.
  • Sebastian Velascohas quoted10 months ago
    Sus pasos volaron en alegre homenaje hacia el sol victorioso, retrocedieron respetuosos ante él, los brazos tendidos atrajeron la montaña, el lago y el cielo hacia su corazón; arrodillándose pareció venerar a la madre tierra, abriendo las manos para acariciar las agua del lago, ofreciéndose a sí mismo, su juventud, su libertad, su sensación de la vida que llameaba en él, como una ofrenda festiva a las potencias naturales.
  • Sebastian Velascohas quoted10 months ago
    Se tendía delante de él inmóvil y verdoso el pequeño lago; más allá un alto precipicio rocoso cortado a plomo con un tajo neto sin mellas, plantado en el cielo mañanero suave, casi verde y fresco, áspero y frío en la sombra.
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