había algo más. De un modo vago, deseaba tener una mujer, pero no quería trabajar mucho para conseguirla. Le hubiera gustado una mujer, sí, pero no estaba dispuesto a perder mucho tiempo para conquistarla. No quería mezclarse en la intriga amorosa y en el galanteo. No quería hacerle la corte ni decir mentiras. No valía la pena.