«El alma compañera se encuentra cuando ya no se necesita una muleta, cuando se ha aprendido a valerse por sí mismo en la soledad. Cuando ambos han alcanzado ese nivel, entonces están listos para ofrendar un alma libre y sin quiebros al ser amado. Sólo a partir de esas condiciones se puede producir el encuentro definitivo, el cual siempre se realiza en las cumbres, en las cimas de la conciencia, porque es una relación de yo real a yo real». La nostalgia por la ausencia, el encuentro predestinado, el humor, el conocimiento y la fantasía se mezclan en estos once cuentos maravillosos en los que el amor se entrelaza con el sueño de fraternidad terrestre y cósmica. Las distancia siderales en espacio y tiempo no son obstáculo para la fuerza del amor. E igualmente, gracias a esa misma fuerza, la infelicidad que rige actualmente en la Tierra podría no tener por qué ser para siempre.