Trece horas. Ese es el tiempo de que dispone el detective Benny Griessel para dar con el paradero de una chica desaparecida. Todo ha empezado con el hallazgo del cadáver de una joven turista americana con el cuello rebanado en las calles de Cape Town. Sin embargo, la asesinada no viajaba sola. Con suerte, en alguna parte de esta ciudad hostil su amiga Rachel Anderson está todavía viva y escondida. Griessel, que lleva sobrio casi seis meses, debe resolver este caso mientras investiga también el asesinato de un ejecutivo musical sudafricano. Sin embargo, el caso de la chica desaparecida es prioritario, porque esta ha contactado con su padre en Estados Unidos, que ha presionado a varios políticos, y el asunto amenaza con generar un incidente diplomático y con arruinar la reputación de la ciudad más turística de Sudáfrica. Galardonado con el Premio Boeke en Sudáfrica, este palpitante thriller demuestra que no es casual que a Deon Meyer lo llamen «el rey de la novela policíaca sudafricana» y que sus obras hayan sido traducidas a veinticinco lenguas.