Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo… Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes...” (Efesios 6:10-11, 13-14a, énfasis añadido).
Nuestra responsabilidad en la guerra es permanecer firmes.
Permanecer firmes no es algo pasivo. La idea bíblica no es de