Nueva edición actualizada. Cada historia de amor es diferente. El comienzo es único, el argumento original y el final imprevisible. En algunos casos, el romance es duradero; en la mayoría, la pasión se transforma en lazos de cariño y amistad. Otras veces la unión de la pareja se debilita y surgen conflictos que erosionan el amor y conducen al resentimiento, la infidelidad y la separación. La ruptura de la pareja tiene muchos de los elementos de una tragedia, pero una gran parte del sufrimiento que ocasiona no es un síntoma de enfermedad, sino un signo saludable de supervivencia, de crecimiento y de desafío a la desesperanza el cinismo, la apatía y el fatalismo humanos. Luis Rojas Marcos analiza con optimismo que las parejas rotas no significan la muerte del amor ni del hogar, sino su renacimiento; reflejan cambio, pero también continuidad; un final y también un principio; la caída de ideales frustrados y el surgimiento de una nueva ilusión. Porque la necesidad de la relación es una fuerza instintiva, vital e inagotable en el ser humano.