Perfectos mentirosos 2

—Siempre fuiste tú —no pude evitar decir.

—¿Hum?

—Para ella —aclaré—. Siempre fuiste tú el que ella amó

porque el tiempo no cura nada, solo te ayuda a acostumbrarte al dolor hasta que entiendes que debes resignarte y vivir con él.

jamás fui de las personas que bajaban la cabeza y se iban con la cola entre las piernas a esperar que el tiempo lo curara todo, porque el tiempo no cura nada, solo te ayuda a acostumbrarte al dolor hasta que entiendes que debes resignarte y vivir con él.

Nadie más que yo sabe cuánto daño puede hacer mi familia

No podíamos hablar del tema. Tenía amigos, pero todos pensaban en fiestas y en gastar dinero.

Estas cosas pueden suceder con la persona que menos te esperas. No lo fuerces. Solo asegúrate de que sea alguien, digamos, especial, así el recuerdo será bueno.

No puedes confiar en alguien tan bueno. ¡Nadie es tan bueno nunca!

De verdad se te dio muy bien hacerme creer que eras diferente.

Te crees fuerte, indestructible, capaz de enfrentarte al mundo, hasta que... te enamoras.

«Si Driki te quiere tanto como de seguro te ha dicho, esto no será ningún inconveniente para ustedes».

Él me quería, por supuesto.

¿O no?