El diccionario define «miscelánea» como una mezcla de cosas diversas. También dice que es una obra o escrito en que se tratan materias inconexas y mezcladas. Acaso lo inconexo y mezclado tenga un hilo conductor: el de mis propias pasiones a lo largo de algunas décadas; mis trabajos y oficios.
Dentro de la lógica de la miscelánea encontré un orden que es el que organiza el índice de este libro a partir de cinco ejes temáticos, que son «Didácticas en ciernes», “Oralidades, lecturas y escrituras”, «Historias de la enseñanza”, “Literatura infantil: algunos pendientes” y “Oficios”.
Existe una trama profunda que es la que liga las tareas y sus sentidos más políticos: la enseñanza, la formación docente, la investigación, la escritura, la gestión educativa, la tarea editorial. Todas estas acciones/prácticas/producciones convergen en un sentido que es lo que me gusta llamar «fantasía de intervención».
Saberes y prácticas, producción intelectual y cuerpo puesto en escenas, gestos, señales, testimonios y dichos, todo por el ejercicio de transformar lo que es necesario y urgente, evitando incurrir en ninguna de las formas de la ortodoxia paralizante o complaciente. De eso tratan los textos incluidos en esta Miscelánea.