Pasados cien años desde la publicación de la novela, parece retornar con urgencia la pregunta sobre el tipo de relación que establecen humanidad y naturaleza, una pregunta que, por motivos muy distintos a los nuestros, también era importante para Latorre. Una lectura hecha en el presente, puede ver con mucha claridad el desplazamiento y al hacerlo puede también iluminar cuestiones que hoy parecen vitales, como la formación de cierta conciencia acerca de los límites que separan lo natural de lo humano.