Tejer el alba (FICCIÓN YA) (Spanish Edition)

Ahora eres mi juramento, Maia Tamarin. Y nunca te desharás de mí.

Luego me abrazó, como había hecho cuando vivíamos bajo las estrellas invisibles de la mañana, hasta que el día dio paso a la noche.

En aquel momento supe que éramos como dos trozos de tela cosidos de por vida. Nuestras puntadas no podían deshacerse.

No lo permitiría.

Día tras día y noche tras noche, tejía el alba y descosía el anochecer.

—No —respondió Edan—. Tú eres la fuerte.

La fuerte, la que mantenía unidas las costuras de mi familia.

Nos fundimos el uno en el otro hasta que el amanecer enlazó con el anochecer, el sol dio paso a la luna y las estrellas, antes perdidas, volvieron a ser halladas.

—¿Por qué te pasas las noches en vela? —pregunté—. Nunca estás en la tienda de campaña.
Edan se puso serio.
—Demonios y fantasmas. —Con una tenue sonrisa, añadió—: Y no he traído libros suficientes.

—Creo que deberíamos conocernos un poco mejor —dije—. No tenemos otra compañía.
—Entonces deberías haber traído más libros. ¿Quieres uno de los míos?

Movería el sol y la luna si eso significara estar contigo.

—¿N-no... No tienes f-f-frío?

—Cuando estoy a tu lado no. —

No me beses y luego me digas que debería estar con otra persona. No... —«No hagas que me enamore de ti». Mi lengua fue incapaz de pronunciar aquellas palabras—. No lo hagas.