En el contexto de la posguerra, esta manera de entender la relación se expresa, por parte de los vencedores, en la frase de «hemos ganado, por lo tanto teníamos razón, nuestra causa es superior a la de los vencidos». O, por parte de los vencidos: «estoy harto de la guerra porque la causa por la que luchaba era moralmente mala». Weber critica estas posiciones, pues la victoria no da una superioridad moral sobre el vencido, y hace algunas observaciones sobre la cuestión de la culpabilidad en el desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial.