Nuestras esposas bajo el mar

Recuerdo su modo de mirarme, el oleaje abierto de su mirada, como si yo fuera algo que ella había inventado, que había cobrado vida gracias a los poderes de la electricidad

Ahora sé que no es así, que las cosas debajo de la superficie son las que tienen que moverse y cambiar para causar más arriba una reacción en cadena.

Me cuesta recordar la sensación de reciprocidad, localizar la memoria muscular que se requiere.

Nos dijeron tantas veces que las esperanzas no estaban perdidas que se hizo imposible vivir con ello. Es demasiado difícil tratar de existir entre estos polos de esperanza y muerte.

Algo que aprendí muy rápido es que el duelo se complica con la falta de certeza,

Intenta ser un poco menos lógica, dijo el doctor. A veces los síntomas solo ocurren, no sabemos muy bien por qué.

El doctor me explicó que lo insidioso de la hipocondría está en su lógica progresiva, en cómo pretende tener sentido.

mayor parte de esa capa de agua está inexplorada, lo cual no significa que esté deshabitada.

Esta área es conocida como la Hadopelágica, o Zona Hadal, un nombre que habla por sí mismo.

Cuando se alcanzan profundidades de cuatro mil metros, todo tiene nombres extraños y casi nunca posee columna vertebral: calamares vampiro y gusanos zombis, medusas cósmicas, peces trípode, brosmios sin cara y anguilas pelícano.