Lisa Kleypas

Tuya a medianoche

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  • Elena Herperhas quoted2 years ago
    —Créeme, las compensaciones bien valen la pena.

    —¿Y tu libertad? —preguntó Amelia, acurrucándose a su lado cuando se tumbó junto a ella—. ¿No te arrepientes de perderla?

    —No, cariño. —Cam se estiró para apagar la lámpara, envolviéndolos en una aterciopelada oscuridad—. Al fin soy libre. Aquí, contigo
  • Elena Herperhas quoted2 years ago
    —Vuelve a la cama —susurró—, necesito que me calientes.

    Cam se quitó la camisa y se rió entre dientes cuando sintió que le abría de un tirón los botones del pantalón.

    —¿Qué ha sucedido con mi gadji mojigata?

    —Me temo… —le bajó el pantalón y acarició con interés su miembro excitado—, que el trato contigo me ha convertido en una auténtica desvergonzada.

    —Bueno, era de esperar. —Bajó los párpados y su voz sonó ligeramente jadeante ante las continuas caricias de Amelia—. Amelia, si tenemos hijos, ¿no te importará que tengan sangre romaní?

    —No si a ti no te importa que tengan sangre Hathaway.

    Él soltó una carcajada y terminó de desvestirse.

    —Y pensar que creía que una vida nómada sería un auténtico reto. ¿Sabes que cualquier otro hombre se sentiría aterrorizado ante el desafío de intentar lidiar con tu familia?

    —Tienes razón. No puedo entender por qué estás tan dispuesto a ingresar en ella.
  • Elena Herperhas quoted2 years ago
    Cam, entretanto, había comenzado a extraer objetos de la caja para dejárselos en el regazo: un rubí suelto de por lo menos tres centímetros de diámetro, un par de pulseras de diamantes, unos collares con enormes perlas negras, un broche con un zafiro ovalado del tamaño de un soberano, un colgante con un diamante en forma de lágrima incrustado y un variado surtido de anillos adornados con piedras preciosas.

    —Creo —dijo Amelia, señalando el brillante montón— que esto será suficiente para poder reconstruir Ramsay House dos veces.

    —No del todo —dijo Cam, observando el lote con una mirada especulativa—, pero casi.

    Ella frunció el ceño mientras revisaba las joyas de incalculable valor.

    —¿Cam…? —preguntó ella, tras una dilatada pausa.

    —¿Hum? —Cam parecía haber perdido interés en el tesoro, y estaba absorto acariciando un mechón suelto del pelo de Amelia.

    —Creo que será mejor que por el momento no le digamos nada de esto a Leo, hasta que él… sea un poco más cabal. Si no, me temo que hará algo irresponsable.

    —Yo diría que es una opción sensata. —Recogió las joyas para volver a meterlas en la caja y cerrarla—. Sí, esperaremos hasta que sea el momento adecuado.

    —¿Crees —preguntó Amelia con cierta vacilación— que Leo cambiará ahora de actitud? ¿Que va a mejorar?

    Al oír el tono de preocupación de Amelia, Cam la cogió entre sus brazos y la acurrucó contra él.

    —Como dicen los romaníes: «No hay vardo que lleve siempre las mismas ruedas.»
  • Elena Herperhas quoted2 years ago
    —Por suerte, estaba envuelta en papel encerado —dijo Cam—. De otra manera se habría estropeado con la miel fermentada.

    Amelia parpadeó con asombro.

    —No me digas que éste era el tesoro que estaba buscando Christopher Frost…

    —La encontré cuando fui a buscar abejas para la cataplasma de Merripen. La traje para que la vieras. —Parecía algo avergonzado—. Tenía intención de contártelo antes, pero se me olvidó.

    Amelia reprimió una carcajada. A cualquier otro hombre no se le hubiera olvidado algo como una caja escondida que posiblemente contuviera un tesoro… pero para Cam era probable que no significara más que una caja de avellanas.

    —Sólo tú —dijo ella— podrías haber ido a buscar veneno de abejas y encontrar un tesoro escondido. —Levantando la caja, la sacudió con suavidad, sintiendo que en el interior se movían objetos pesados—. ¡Maldita sea! Está cerrada con llave. —Buscó entre los despeinados mechones de su cabello. Cogió una horquilla y se la tendió.

    —¿Por qué das por hecho que puedo abrir con eso la cerradura? —preguntó él con una mirada astuta.

    —Tengo auténtica fe en tus dotes delictivas —dijo ella—. Ábrela, por favor.
  • Elena Herperhas quoted2 years ago
    —¿Qué clase de conexión existe entre Merripen y tú?

    —No tengo ni idea. —Cam sonrió con tristeza—. Dios mío, no sabes el miedo que me da averiguarlo.

    —Sea lo que sea —dijo ella—, confiaremos en el destino.

    Cam amplió su sonrisa.

    —¿Así que ahora crees en el destino?

    —Y en la suerte —dijo Amelia, agarrando el brazo de Cam—. Y es culpa tuya.

    —Por cierto… —Cam se apoyó en un codo y la recorrió con la mirada, sus oscuras pestañas enmarcaban sus ojos color ámbar—. Tengo que enseñarte algo. No te muevas… lo traeré aquí.

    —¿No puede esperar? —protestó ella.

    —No. Vuelvo en unos minutos. No te duermas.
  • Elena Herperhas quoted2 years ago
    —Después de la boda —murmuró él—, quiero llevarte conmigo un tiempo.

    —¿Adónde? —le preguntó ella en voz baja, besándole el pecho.

    —Quiero buscar a mi tribu.

    —Ya has encontrado a tu tribu. —Le enlazó una pierna sobre las caderas—. Su nombre es Familia Hathaway.

    Una risa ahogada le hizo vibrar el pecho.

    —Me refiero a mi tribu gitana. Han pasado muchos años. Me gustaría saber si mi abuela todavía está viva. —Hizo una pausa—. Y quiero respuestas a algunas preguntas.

    —¿A qué preguntas?

    Cogiéndole la mano, Cam la presionó contra el tatuaje.

    —A ésta.
  • Elena Herperhas quoted2 years ago
    Oh, te amo, tú eres…

    —Yo también te amo.

    —… mi destino. Lo eres todo para… —Le habría dicho más, si él no le hubiera bajado su cabeza hacia la suya para darle un beso profundo y apasionado.
  • Elena Herperhas quoted2 years ago
    —Cariño, ¿vamos a vivir en pecado, o vas a acceder por fin a casarte conmigo?

    —Sí. Sí. Me casaré contigo. Aunque… no puedo prometer que vaya a obedecerte.

    Cam se rió entre dientes.

    —Nos las arreglaremos si por lo menos prometes que me amarás
  • Elena Herperhas quoted2 years ago
    —Cuando estábamos con Leo esta noche —dijo ella con voz ronca—, pude comprender lo que había sentido cuando perdió a Laura. Él me dijo una vez que nunca podría entenderlo a menos que amara a alguien de la misma manera. Tenía razón. Y esta noche, cuando te observé con él… supe cuál habría sido mi último pensamiento.

    Cam le rozó el nudillo con el pulgar.

    —¿Qué, cariño?

    —Habría pensado —continuó ella—, oh, ojalá pudiera pasar un solo día más con Cam. Viviría toda una vida en esas horas.

    —No será necesario —le aseguró él con suavidad—. Estadísticamente hablando, tendremos al menos quince mil días para vivir juntos.

    —No quiero estar separada de ti ni siquiera uno de ellos.
  • Elena Herperhas quoted2 years ago
    —Quiero tu anillo. Lo quiero para no quitármelo nunca más. Quiero ser tu romni para siempre —hizo una pausa para dirigirle una sonrisa rápida y dubitativa—, sea lo que sea eso.

    —Mi prometida. Mi esposa
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