La noche de las estrellas es la historia de un país que abandona a esta gente bella. La república no quiere andaluces mágicos, quiere proletarios, la república no quiere tambores negros en la cueca, quiere orden y no desenfreno. La noche de las estrellas es el nombre de una de las más famosas chinganas de Santiago en 1873; ahí danzaba Esmeralda y su leyenda de belleza, ahí cantaba el más grande de todos los cantores, Juan Pino y su verso de verdad, ahí tocaban tambor africano, tres negros maravillosos; Nelson Cecilio Amador, su hijo José Saturnino y su nieto Saturnino Quilodrán.