clamando, el líder se llena de la plenitud de Dios; entonces, ese estado de debilidad, coma o muerte espiritual se convierte en vida pletórica y abundante de la Presencia y el Poder del mismísimo Dios. Ahí es donde el líder se enciende, vibra, se fortalece, capta las ideas y planes de Dios, adquiere talentos, arte y ciencia, y se llena de coraje, fe y obediencia para convertirse en el siervo fiel que ejecuta la Voluntad de Dios, muriendo a sus propios intereses. Este es el estilo de vida que estoy buscando con todo mi corazón! Y le desafío a Ud. a buscarlo también.
Peter Wagner, en su libro Oración de Guerra, nos da una enseñanza práctica y valiosísima: no podemos movernos hacia adelante (la batalla), sin antes movernos hacia arriba (enseñanza, instrucción, inspiración).
En el Lugar Santísimo, orando, clamando, y hasta gimiendo VARIAS HORAS al día, recibimos todas las enseñanzas claves para seguir avanzando; la oportuna inspiración de Dios para “hacer suceder las cosas en Su Poder”; los suministros y herramientas estratégicas para asegurarnos de no cometer torpezas, necedades y carnalidades en la Viña del Señor al lidiar con personas, problemas, necesidades y ataques del enemigo, quien
está plenamente enraizado en la sociedad secular, y en algunos casos en el ambiente cristiano.
Dice Wagner, “la oración es cosas de tres: tiene que ver con Dios a quien oramos, con el que ora (el necesitado), y también implica al maligno