—Una serie fantástica —suspiró Hermes—. Antes de que la televisión de Hefesto se llenara de reality shows. Desde luego, ese termo sería mucho más valioso si hubiese conseguido la canastilla del almuerzo completa…
«O si no hubiera pasado por la boca de Martha», añadió George.
«Esta me la vas a pagar». Martha empezó a perseguirlo en torno al caduceo