Cito el caso de pintores como Rivera, Cuevas, Tamayo o Toledo que han conformado importantes acervos y museos, no por ególatras, sino porque a falta de coleccionistas, ellos asumieron la responsabilidad. Hay que reconocer que, a fin de cuentas, la principal fuente de financiamiento del arte somos los artistas. Lejos de modas, de inversiones golondrinas, de los usos políticos del arte y de los caprichos de los ricos (sean conocedores o narcos lavando su dinerito), los que estamos dispuestos a cargar con el paquete somos los artistas.