La experiencia debería haberle dicho a lady Georgiana Birch que acercarse mucho a un Allen solo traía consecuencias negativas. No obstante, no pudo evitar sentirse atraída por aquel adorable hombre que parecía ser todo lo que una mujer deseaba, así como tampoco pudo negarse a aceptar su ayuda en aquella situación que la acongojaba. El percance: el hombre tenía una mala suerte contagiosa y facilidad para atraer los problemas. Lástima que apenas lo conoció, pareció haber sido víctima de un maleficio y le fue imposible zafarse de él. Su mala suerte llegó hasta puntos inimaginables y terminó en situaciones que jamás se le pasaron por la cabeza. Alec inconscientemente le mostró un mundo que desconocía, y terminó envuelta en aquel sentimiento del que nunca fue partícipe: el amor. Solo que, ¿estaba dispuesta a dejar su tranquila vida de lado para embarcarse en su mundo? Era algo a tomar en cuenta, pero por mala suerte, cortesía de él, no le dieron opción de elegir.