Amigos de Dios

te rogamos, Señor, que nos concedas servirte constantemente según tu voluntad.

te rogamos, Señor, que nos concedas servirte constantemente según tu voluntad.

De nuevo ha predicado con el ejemplo, con las obras

Humildad es mirarnos como somos, sin paliativos, con la verdad. Y al comprender que apenas valemos algo, nos abrimos a la grandeza de Dios: ésta es nuestra grandeza.

Expecta Dominum, espera en el Señor; vive de la esperanza, nos sugiere la Iglesia, con amor y con fe.

Dios ama al que da con alegría.

Si Dios habita en nuestra alma, todo lo demás, por importante que parezca, es accidental, transitorio; en cambio, nosotros, en Dios, somos lo permanente.

porque obras son amores, y no cabe amar a Dios sólo de palabra, sino con obras y de verdad.

Discite benefacere, aprended a hacer el bien.

Cuando un alma se esfuerza por cultivar las virtudes humanas, su corazón está ya muy cerca de Cristo.