Habéis estudiado con el fin de obtener un cargo que os permitirá ejercer un poder. Pero ¿sabéis cómo comportaros? ¡Tened las ropas limpias, las sandalias inmaculadas, velad sobre vuestro rollo de papiro y desterrad la pereza! Que vuestra mano escriba sin vacilación, que vuestra boca profiera las palabras justas, no os canséis de estudiar y estudiar cada vez más, obedeced las órdenes de vuestros superiores y tened un solo ideal: practicar correctamente vuestro oficio, ser útil a los demás. No seáis indisciplinados; un mono entiende lo que se le dice, un león puede ser amaestrado, pero nadie es más estúpido que un escriba disipado.