La confrontación con uno mismo restituye el sentido y la simplicidad a lo que parecía complejo. La conciencia se enriquece con lo que uno posee. El mejor remedio contra la ausencia de vida, que es el mal de sobrevivir, consiste en descubrir la propia riqueza, la del goce, la creación, el amor, el sediento deseo de liberarse de la opresión mercantil