El crisol es un recipiente de material refractario que soporta altas temperaturas. A lo largo de la investigación y escritura de este libro hemos concebido a Pátzcuaro como dicho crisol, y a la flama que la contiene como los rasgos de la religiosidad manifestada en la creación y funcionamiento de muchas cofradías. Pero también la metáfora hace alusión al receptáculo que sujeta a las sociedades donde conviven personas que pertenecen a distintas religiones, culturas y etnias. Así, la cofradía definida como: «aquella institución que, agregada a una capilla, templo, iglesia o convento y fundada con permiso oficial del prelado del lugar en un altar exprofeso, cumple funciones de solidaridad y ayuda mutua en la consecución comunal de fines espirituales y/o materiales de un estrato socio étnico determinado, siempre ofreciendo culto a un santo patrón»; nos permite distinguir un sinfín de manifestaciones de carácter social, político y económico reflejadas en la convivencia diaria de una sociedad patzcuarense del siglo XVII. Este trabajo va dedicado a los especialistas en la zona purhépecha, a los estudiosos de la religión, pero sobre todo a los que buscan en la cofradía, la acrisolada manifestación humana y espiritual de los hombres que hicieron historia con sus actos rituales, espirituales y muchas veces también con el ejercicio del poder a través de la práctica de la religiosidad.