El conocimiento es una cuestión de grado. Tal es la tesis con la que Salomon Maimon intenta resolver el problema de la cosa en sí en la filosofía kantiana en un trabajo publicado en 1790, el Ensayo sobre la filosofía trascendental. Al establecer una diferencia de naturaleza entre la cosa tal como es en sí, independientemente de nuestro conocimiento, y el fenómeno, es decir, la cosa tal como es para nosotros, Kant habría obturado la posibilidad de un conocimiento absoluto de lo real. Al ser lo inteligible y lo sensible, la cosa en sí y el fenómeno totalmente inconmensurables, sería imposible pasar del conocimiento de lo uno al conocimiento de lo otro. Se volvería posible al establecer entre lo inteligible y lo sensible una diferencia de grado, que es lo que ocurre en el spinozismo.