Sandokán: El Rey del Mar

Yáñez, con el ceño un poco fruncido, fumaba con la calma de costumbre su último cigarrillo.

Cuando las aguas comenzaron

-¡Haga usted funcionar su aparato!

De aquella parte venía el peligro, y lo presentían acercarse, terrible, formidable, abrumador, implacable.

Capítulo 16 El hijo de Suyodhana

-Ya lo veremos -dijo Sandokán, con acento de duda.

Capítulo 15 El último crucero

Una vez hubo sido embarcada la chalupa rápidamente, el Rey del Mar viró de bordo a toda prisa, y se lanzó hacia el Norte para no meterse entre las escolleras que se prolongaban en dirección de Poniente.

El desgraciado velero, ya fuera por causa de una falsa maniobra, o bien porque había sido lanzado a propósito, se había reventado contra la punta de la escollera de una forma tan brusca, que se podía dar por perdido.

-¡Un rayo verde! -exclamaron Damna y el americano.

La poderosa nave de los tigres de Mompracem, construida por esos incomparables ingenieros americanos, justificó, una vez más, su título de invencible, y demostró estar hecha a prueba de escollos.