Eternos niñ#241;os seguí#237;s siendo hasta la vejez. Niñ#241;os a los que hay que dar de comer en la boca, limpiar, servir, aconsejar, consolar y proteger de vuestras debilidades y de vuestra indolencia, y me desprecio a mí#237; misma por no saber prescindir de vosotros. ORIANA FALLACI