Lejos de ser una «epístola de paja» (Martín Lutero), la obra atribuida a Santiago, el «hermano del Señor», es valiente e imaginativa. Tras observar los vínculos que establece con la persona de Jesucristo y con las cartas de Pablo, se invita al lector a admirar su estilo poético en una traducción inédita, extensamente comentada. Los códigos de la moral tradicional se subvierten, se afronta la fractura del pecado, se renueva la comprensión de la fe y se pregunta muy concretamente en qué consiste obedecer a Dios.