El bienio 2010–2012 corresponde a la etapa en la que culminó la política de pacificación del conflicto armado por parte del Gobierno colombiano contra las FARC-EP por vías exclusivamente militares. Para entonces, el desgaste de la llamada tesis del fin del fin (según la cual esa guerrilla estaba inminentemente derrotada) y la continuidad de los hechos de guerra condujeron a ambos actores hacia la búsqueda de la paz por la vía del diálogo.
El mayor desafío de este viraje se presentó en el ámbito discursivo: ¿cómo sentarse a dialogar con el enemigo sin reconocer ante él y ante la opinión pública el desgaste del proyecto militar y político en ambos bandos? Esta es justamente la pregunta de la que se ocupa este libro, y a partir de la cual es posible poner en evidencia un fenómeno ignorado en el estudio del conflicto colombiano: el hecho de que los discursos no solo se producen y se reproducen, sino que también crean sus modos de ponerse en escena, activan y transforman memorias u olvidos, construyen objetos, disputas y posicionamientos; además de esos y otros procesos, los discursos también tienen que lidiar con su deterioro, su erosión, el desdibujamiento de sus líneas finas y el debilitamiento de su efectividad para influir en la esfera pública.
El análisis de la dimensión retórica y las relaciones problemáticas entre desacuerdo y verdad resultan centrales para los desafíos que enfrenta la transición hacia el ejercicio de una oposición política sin armas por parte de las guerrillas en la Colombia contemporánea.