No iba a dejar que aquella mujer se casara con su hermano.
Jill Emerson había pensado que jamas volvería a verlo, pero ahí estaba, de pie delante de ella, el hombre al que jamás había podido olvidar. Y era mucho más que el amante que tanta ternura y pasión le había mostrado. Era el padre de su hijo y ella iba a casarse con su hermano.
Stephen Wells se quedó atónito. Su J.J., la mujer con la que había pasado cinco días de pasión hacía más de diez años, estaba prometida con su hermano. Además, acababa de descubrir que tenía un hijo. Él nunca supo por qué Jill se marchó tan repentinamente de su lado, pero dado que el destino había vuelto a ponerla en su camino, dejarla escapar iba a ser muy difícil, si no imposible…