Con la obra de San Agustín (354 — 430) se inaugura el nuevo paradigma filosófico que caracterizará a la edad media. Sus textos constituyen un hito en la historia del pensamiento, cuyos ecos resuenan hasta nuestros días. Todo el periplo biográfico e intelectual del obispo de Hipona gira de forma casi obsesiva en torno a una cuestión filosófica de primera magnitud, con la que la filosofía pierde su inocencia primigenia: ¿cómo explicar la aterradora presencia del mal? La pregunta contiene un desafío imposible de soslayar, en la medida en que de su resolución depende la posibilidad de dotar de algún sentido a la existencia. Con sus respuestas, San Agustín moldeará de forma decisiva el pensamiento cristiano y la cultura de la Europa occidental; a partir de ellas, el pesimismo y la angustia adquirirán carta de naturaleza en la reflexión filosófica. Manuel Cruz (Director de la colección)