hacer frente al autoritarismo irracional del poder anónimo, impersonal e inhumano de las ideologías, de los sistemas, de los aparatos, de las burocracias, de las lenguas artificiales y de las consignas políticas; en resistir a cada paso y por todas partes, con vigilancia, prudencia y atención, pero también con un compromiso total; en defendernos de las presiones complejas y alienantes que ejerce el poder, ya tomen la forma del consenso de la publicidad, de la represión, de la técnica o de un lenguaje vaciado de sentido (lenguaje que corre peligro de fanatismo y alimenta el pensamiento totalitario)