Desde el punto de vista formal –pero tan sólo formal–, el colonialismo reina en África desde la conferencia de Berlín (18831885), en la cual varios países europeos (Inglaterra y Francia en primer lugar, pero también Bélgica, Alemania y Portugal) se repartieron todo el continente hasta la época en que África se independiza en la segunda mitad del siglo XX. Pero, en realidad, la penetración colonial había empezado mucho antes, ya en el siglo XV, y floreció a lo largo de los siguientes quinientos años. El comercio de esclavos africanos, que se prolongó durante trescientos años, fue la fase más brutal y abyecta de aquella conquista.