lengua es el barómetro de la mente. Mide lo que pasa dentro de nuestra cabeza. Tarde o temprano, dirá la verdad sobre nosotros: que tenemos orgullo, prejuicios, impurezas, propósitos mezquinos y una obstinación firme. Si podemos mantenernos puros por dentro, seremos puros en nuestro lenguaje y también en nuestras acciones.