En sus inicios, les dije, el arma más contundente de Otpor! contra el régimen fue la risa. La dictadura de Milošević se alimentaba sobre todo del miedo. Miedo del vecino, de la vigilancia, de la policía. Miedo de todo. Pero por haber vivido tanto tiempo con miedo, los serbios aprendimos que la mejor manera de luchar contra él es mediante el humor y la risa. Si esto parece absurdo, preguntaos qué haríais para tranquilizar a un amigo que estuviera a punto de entrar en el quirófano y someterse a una intervención de cirugía mayor. Si le habláis con toda gravedad y ponéis cara de preocupación, se sentirá más angustiado, pero si le contáis un chiste se relajará y hasta es posible que sonría. Pues exactamente el mismo principio funciona con los movimientos sociales