Clayton Rankin se había casado con Rena cuando se quedó embarazada y no había dudado en dar su apellido a los mellizos. Así que, ¿qué más podía querer una mujer? Ya se sabía que los vaqueros no eran muy aficionados a las delicadezas. Pero Rena necesitaba ternura, y Clayton haría cualquier cosa por mantener a su lado a su esposa. Por lo tanto tendría que convencerla de que era un buen marido…