En París, una de las ciudades más responsables de Europa, podrás recuperar los sabores originales de los platos elaborados con productos de la zona; tomarte un café sin prisas, adquirir los ingredientes más tradicionales o la moda más actual realizada con productos naturales; alojarte en hoteles sostenibles… Todo, sin necesidad de renunciar absolutamente a nada.
Las grandes metrópolis no suelen ser buenos ejemplos de sostenibilidad, sino más bien todo lo contrario. Son importantes núcleos de contaminación, de abuso de recursos y de insostenibilidad energética. Pero algunas ciudades están llevando a cabo ajustes para intentar, sin prisa pero sin pausa, cambiar esta escena. Las que llevan más ventaja en este campo son, como es fácil adivinar, las ciudades nórdicas. Pero París también ha hecho importantes avances y todo indica que estos no solo van a seguir, sino que aumentarán progresivamente.
Un buen ejemplo de esta tendencia lo encontramos en el símbolo de la ciudad: la torre Eiffel. Durante la noche se iluminaba durante diez minutos cada hora y recientemente se ha reducido a cinco, lo que significa un ahorro de energía, además de prolongar la vida de las bombillas. Sin duda es un dato casi anecdótico, pero son estos detalles los que indican una tendencia hacia un modelo más respetuoso con el medio ambiente.