O sea que siempre hay algo que se puede aportar. Y cuando haces esa aportación, tus temores al nivel desaparecen porque te has dicho y has dicho a todo el mundo que no estás atrapado en el ego, que tienes la cabeza puesta en cosas más sublimes. Tal vez pienses que esto te haga parecer arrogante, pero, de hecho, cuando se está al servicio de una causa común, uno siempre parece humilde. Además de considerado, intuitivo, consciente de sí mismo, generoso y mucho más. Ese es el tipo de persona que la mayoría de nosotros querría ser, y que a la mayoría nos gusta tener cerca.