Donatella ha desaparecido. Es preciosa, parece escandinava, con su pelo largo y rubio y su perfil de escultura antigua. Sin embargo, es disminuida psíquica: en la calle mira a los hombres, sonríe a todo el mundo y a cualquier cosa que le dicen responde sí. Por eso su padre, el anciano Amanzio Berzaghi, la tiene recluida en casa, entre muñecas y discos de canciones infantiles. Pero una mañana, su padre no la encuentra. El caso llega a manos de Duca Lamberti, el médico investigador de muchas de las más conocidas y apreciadas obras policiacas de Scerbanenco, quien tendrá que internarse en los suburbios de Milán, entre proxenetas y burdeles, en la desesperada búsqueda de la muchacha.