Los años de gobierno de Ceaucescu en Rumanía (1967–1989) fueron también de persecución. A las afueras de los pueblos, como una advertencia, quedan entonces los huesos de las víctimas asesinadas por la Securitate, la temible policía política rumana. Numerosos obispos y sacerdotes greco-ortodoxos fueron encarcelados y martirizados.
Marius Oprea, investigador de crímenes durante el régimen y disidente en esos años, relata al autor historias hasta ahora desconocidas, que contribuyen a entender Europa y muestran, una vez más, la locura del totalitarismo.
«Conozco a Marius Oprea por su lucha contra los residuos del totalitarismo en Rumanía, y lo apoyo públicamente para que pueda continuar investigando sobre los crímenes del comunismo». (Harta Müller, premio Nobel de Literatura).