No es extraño que las mujeres suelan preferir parejas que, aparte de ocupar un estatus social elevado, estén predispuestas a invertir en ellas y en sus hijos. A los hombres que no exhiben estas cualidades y que solo quieren disfrutar, es posible que les cueste más encontrar parejas sanas y fértiles, porque las mujeres están ejerciendo su derecho reproductivo a la elección.