En un tiempo en que los límites de lo realizable se hacen cada vez más claros, muchas personas se preguntan por las raíces de la existencia. Las preguntas por el origen y el fundamento de la vida están pasando de nuevo a ocupar más el centro de la reflexión.Romano Guardini intentó señalar una respuesta a esas preguntas en un texto clásico y siempre actual que ofrece orientación a los que buscan tanto en las preguntas como en la oración.En El comienzo de todas las cosas, el autor conduce a los lectores a los tres primeros capítulos del Génesis, en una doctrina de la existencia que da respuesta a los que preguntan con fe acerca de cómo pueden entenderse a sí mismos y entender el enigma de su camino.Romano Guardini, nacido en 1885 y fallecido en 1968, fue docente en las universidades de Bonn, Berlín, Tubinga y Múnich, donde ocupó la cátedra de Cosmovisión cristiana y filosofía de la religión. De inspiración agustiniana, su teología, que explora amplios espacios de la cultura, es más una evocación de la vida de fe que una sistematización dogmática. Desde hace unos años su pensamiento ha vuelto a cobrar vigencia, pues se trata de un autor que supera las barreras de espacio y tiempo.