En este poema alegórico escrito en 1454 y compuesto por cincuenta y tres octavillas, don Íñigo López de Mendoza arremete contra su gran enemigo declarado, don Álvaro de Luna, Condestable de Castilla. Don Íñigo López de Mendoza siempre había mostrado su rechazo ante la manera de ejercer el poder de don Álvaro de Luna y cuenta en su haber con más escritos dirigidos al Condestable de Castilla, sin embargo es esta la obra más destacada de su enemistad, en la cual el Marqués de Santillana no aplica un mero tono reivindicativo, sino que también da valor a la moral humana.
Íñigo López de Mendoza fue el hijo del almirante de Castilla Diego Hurtado de Mendoza, señor de Hita y Buitrago, y de Leonor de la Vega, miembros de dos de las casas nobiliarias más poderosas de Castilla. Huérfano de padre desde muy corta edad, fue su madre quien administró la riqueza que heredó de este. Como militar participó en la batalla de Huelga y de Olmedo y fue precisamente tras esta última cuando le fue concedido el título de Marqués de Santillana. Como poeta cultivó diversos estilos que van desde sonetos y poemas didácticos hasta composiciones satíricas.