Una noche de amargura y desengaño, un hombre contempla el firmamento desde lo alto de una colina. De pronto se ve inmerso en una suerte de viaje astral que lo traslada por toda la galaxia, de la que explorará el nacimiento y el ocaso, con la meta última de comprender la naturaleza de la fuerza primigenia, el enigmático «hacedor de estrellas». Stapledon abre un gran angular cuyo protagonista es la inmensidad del tiempo y del espacio, invitándonos a una auténtica aventura existencial. Entre la cosmogonía y la fábula científica, ésta es, en palabras de Borges, una «novela prodigiosa» que ha merecido un lugar privilegiado entre los clásicos de la ciencia ficción. «Probablemente, la más poderosa obra de la imaginación de todos los tiempos.» -Arthur C. Clarke «Un creador de mitos único (…) Una obra absolutamente impar por el brillo intelectual, la dimensión imaginativa y la dignidad trágica.» -Basil Davenport Hacedor de estrellas es una de las joyas clásicas de la ciencia ficcion, una novela que entusiasmaba a Borges y que ha sido una fuente de influencia para autores de ciencia ficción como James Blish, Isaac Asimov, Arthur C. Clarke, Robert A. Heinlein y tantos otros. A algunos les puede aburrir por el lenguaje abstracto y casi filosófico de Stapledon otros quedaran atrapados por ella. Como Philip K. Dick dijo una vez, “cada puñado de estas páginas contiene todo el material de una gruesa novela de ciencia ficción condensado por medio de una especie de prosa poética”. O, para acabar, por decirlo con palabras de otro grande del género, Stalislav Lem: “un libro para paladear despacio, para dejarse arrastrar sin prisas por la variedad de ideas de un genio”.