Jesús quiere que estemos contentos y felices. Quiere que nuestros hermanos y hermanas vean nuestro rostro de felicidad
y sepan cuánto ama Dios a su Hijo. El mensaje que Jesús dio a los Apóstoles y a los mensajeros antes de desaparecer y ascender de vuelta al Padre fue:
« Sed felices. Vuestra naturaleza es estar alegres. Debéis ser testigos
de esa alegría para que todos sepan
que Dios es amor».