Dijo que no podemos disparar a los sudaneses porque quedaríamos mal, pero tampoco los queremos aquí, porque entonces tendríamos que darles trabajo, y traerían enfermedades, y bajarían el porcentaje de judíos. Así que dejamos que sean los egipcios los que disparan, porque a ellos no les importa quedar mal, porque el mundo ya piensa que son malos, pero los perdona porque son árabes.