Vivir feliz en pareja

Cogito ergo sum («Pienso, luego existo»)

Existe una exigencia de novedad que debe ser satisfecha para poder ser activo y participativo, y por tanto hay que renovarse permanentemente. La vida es renovación, evolución mediante el cambio. Por esta razón la pareja sigue enamorada cuando es activa, es decir, cuando por ella fluye la energía del cambio y se revitaliza

pero sólo sigue enamorada si es capaz de satisfacer internamente el impulso creativo del cambio.

En un acto comunicativo, si prestamos atención a la persona que tenemos enfrente podemos captar muchas más cosas de las que expresa con palabras. Por un lado, se puede llegar a saber, incluso, la veracidad de los contenidos y, por otro, obtener información acerca de su carácter.

La lectura del cuerpo y de sus mecanismos de reacción en el transcurso de cualquier acto de comunicación interpersonal (como puede ser una conversación entre amigos, una entrevista de trabajo, una reunión de negocios, la compra de un coche, etc.) ofrece una gama finita y delimitada de mensajes, claros, racionales, que la psicología del comportamiento ha clasificado.

Nuestro propósito es exponer de forma breve de qué manera se puede «leer el cuerpo».

En el cuerpo se dibuja un mapa de pequeñas tensiones que se manifiestan por medio de tocamientos y rascaduras automáticas.

Los gestos que cada uno de nosotros lleva a cabo, de forma involuntaria y totalmente automática mientras se produce cualquier tipo de diálogo o comunicación

la más evolucionada, puede generar resentimiento, insatisfacción y desinterés.

El amor no puede sobrevivir a una disparidad cada vez mayor en el crecimiento personal y en el desarrollo del carácter entre los dos miembros de la pareja.