«Reaccionarios, dicen.
Me parece que ha llegado el momento de precisar la situación en que me encuentro y volver a trazar mi itinerario sin evasivas ni complacencias.
Por lo que a mí respecta no se trata en modo alguno de rebajar el conocimiento a la confesión ni de defender una verdad puramente subjetiva. No he optado, en el momento de rendir cuentas, por atrincherarme en la fortaleza inexpugnable de la autobiografía. Pongo las cartas sobre la mesa, digo desde dónde hablo, pero no digo sin embargo: 'Cada uno tiene su propia visión de las cosas'. La verdad que yo sigo buscando todavía y siempre es la verdad de lo real; la elucidación del ser y de los acontecimientos sigue siendo, a mis ojos, prioritaria. A pesar de la fatiga y del desánimo que a veces me asaltan, prosigo con obstinación esta búsqueda. Me intereso menos por mí de lo que me afecta el mundo. Con todo, como escribió Kierkegaard, 'pensar es una cosa, existir en lo que se piensa es otra'. Esta otra cosa es lo que he querido aclarar al escribir, pase por una vez, en primera persona». Alain Finkielkraut