Al igual que Agustina de Aragón en Zaragoza o Manuela Malasaña en Madrid, la guerrillera Josefa Bosch, apodada “la Pardala”, luchó contra los invasores napoleónicos en tierras de Morella, participando en la batalla como un soldado más. Tras ser encarcelada y ahorcada por los franceses, su figura — casi olvidada en los registros oficiales durante mucho tiempo— perdura en la memoria del pueblo, que ha dejado su nombre a una de las torres del castillo morellano, escenario de sus gestas. Cuentan que desde allí, la Pardala sigue cantando por las noches en las lunas claras, cuando bajo la mirada atenta de los lobos, los guerrilleros se reúnen con ella llevados por el viento, recordando la gesta heroica de una mujer que dio ejemplo de patriotismo en la hora más amarga de España durante la invasión napoleónica. Esta novela recrea su vida con un dramatismo y humanidad estremecedores.